
Zac Efron, Vanessa Hudgens o Miley Cyrus no entienden como un chico que no se peina, que se lo lava de vez en cuando, que no quiere ser estrella, que quería ser músico callejero y que, además, es inglés puede arrabatarles el fervor de sus fans. Es inaceptable.
El mismo mensaja lo han repetido las tres estrellitas de Disney: Una estrella debe cuidarse, hacer mucho deporte, pasar horas en el gimnasio, cuidar mucho su ropa y utilizar perfumes caros. No es posible que vengan estos dos desaliñados y se lleven el amor de nuestros fans. No es posible.
Sin embargo para el resto de la humanidad todo esto puede traer consecuencias menos negativas. Dos chicos como Robert Pattinson y Kristen Stewart que hacen menos alarde consumista son un modelo positivo para otro tipo de juventud menos preocupada por la forma que por el fondo.
La primera compra, como nuevo potentado de Robert Pattinson, no fue un Ferrari, fue una guitarra. Gracias Robert.
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